Este blogs, se creo para dar apoyo a los estudiantes de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza en su enseñanza durante los próximos años
sábado, 17 de octubre de 2020
miércoles, 7 de octubre de 2020
lunes, 27 de julio de 2020
MECANISMO DE CONTRACORRIENTE RENAL
MODULO UROLOGIA. FISIOLOGIA LABORATORIO MECANISMO DE CONTRACORRIENTE
El mecanismo
de concentración depende de la preservación de un gradiente de osmolalidad
creciente en las pirámides medulares. Este gradiente es producido por la
operación de las asas de Henle como multiplicadores de contracorriente,
y se conserva gracias a la actividad de los vasos rectos como intercambiadores
de contracorriente. Un sistema de contracorriente es uno en el cual, por un
tramo, el flujo de entrada se desplaza paralelo, en sentido contrario, muy
cerca del flujo de salida. Esto se observa tanto en las asas de Henle como en
los vasos rectos de la médula renal (fig. 38-3).
La operación
de cada asa de Henle como un multiplicador de contracorriente depende de la
elevada permeabilidad de la rama descendente delgada al agua (gracias a la
acuaporina 1), del transporte activo de ion sodio y cloruro fuera de la rama
ascendente gruesa y de la afluencia del líquido tubular desde el túbulo
proximal y su salida hacia el túbulo distal. El proceso puede explicarse al
utilizar los pasos hipotéticos que llevan al estado de equilibrio normal,
aunque dichos pasos no ocurran in vivo.
También es
importante recordar que el equilibrio se mantiene a menos que se elimine por
depuración el gradiente osmótico. En la figura 38-16, se resumen estos pasos
para una nefrona cortical que no posee una rama ascendente delgada. Se
presupone primero un estado en el cual la osmolalidad equivale a 300 mosm/kg de
agua en todas las ramas descendente y ascendente, así como en el intersticio
medular (fig. 38-16A). Se presupone además que las bombas que operan en la rama
gruesa ascendente pueden bombear 100 mosm/kg de ion sodio y cloruro desde el
líquido tubular hasta el intersticio, con aumento de la osmolalidad
intersticial a 400 mosm/kg de agua. El agua se desplaza luego fuera de la rama
descendente delgada y su contenido se equilibra con el intersticio (fig.
38-16B). Sin embargo, el líquido que contiene 300 mosm/kg de agua ingresa de
continuo a esta rama desde el túbulo proximal (fig. 38-16C), de manera que se
reduce el gradiente contra el cual se bombean ion sodio y cloruro, y entra una
mayor cantidad al intersticio (fig. 38-16D). Mientras tanto, el líquido
hipotónico fluye hacia el túbulo distal y el líquido isotónico, después
hipertónico, fluye hacia la rama gruesa ascendente. El proceso se preserva al
repetirse y el resultado final es un gradiente de osmolalidad desde la parte
superior hasta la base del asa.
En las
nefronas yuxtaglomerulares con asas más largas y ramas ascendentes delgadas, el
gradiente osmótico se dispersa a una mayor distancia, y la osmolalidad en la
punta del asa es mayor. Esto se debe a que la rama ascendente delgada es relativamente
impermeable al agua, pero permeable al ion sodio y al cloruro. Por
consiguiente, dichos iones se desplazan a través de sus gradientes de
concentración hacia el intersticio, y se presenta una multiplicación de la
contracorriente pasiva adicional. Cuanto mayor sea la longitud del asa de
Henle, tanto mayor será la osmolalidad que puede conseguirse en el vértice de
la médula renal.
El gradiente
osmótico en las pirámides medulares no duraría mucho si el ion sodio y la urea
de los espacios intersticiales fuesen retirados de la circulación. Estos
solutos se mantienen en las pirámides principalmente porque los vasos rectos
operan como intercambiadores de contracorriente (fig. 38-17). Los solutos se
difunden fuera de los vasos, conduciendo la sangre a través de la corteza y
hacia los vasos que descienden hacia la pirámide. Por lo contrario, el agua se
difunde fuera de los vasos descendentes y hacia los vasos ascendentes
fenestrados. Por tanto, los solutos tienden a recircular en la médula y, el
agua, a desviarse de la misma, de manera que se conserva la hipertonicidad. El
agua reabsorbida de los túbulos colectores en las pirámides también es
reabsorbida por los vasos rectos y entra en la circulación general. El intercambio
de contracorriente es un proceso pasivo, el cual depende del desplazamiento de
agua y quizá no preserve el gradiente osmótico en las pirámides si se detuviera
el proceso de multiplicación de contracorriente en las asas de Henle.
Conviene
subrayar que hay un gradiente osmótico muy grande en el asa de Henle y, si
está presente la vasopresina, en los túbulos colectores. Este sistema de
contracorriente hace posible este gradiente al difundirse a lo largo de un
sistema de túbulos de 1 cm o más de longitud, en vez de hacerlo a través de una
sola capa de células, la cual sólo tiene pocos micrómetros de espesor. Existen
otros ejemplos de la operación de los intercambiadores de contracorriente en
animales. Uno es el intercambio de calor entre las arterias y las venas
concomitantes de las extremidades. En un grado menor en el ser humano, pero más
en los mamíferos que viven en agua fría, el calor es transferido desde la
sangre arterial que fluye hacia las extremidades hasta las venas adyacentes,
las cuales drenan la sangre de nuevo hacia el cuerpo; por ello, las puntas de
las extremidades se enfrían mientras el resto del cuerpo conserva calor.
FUNCIÓN DE LA UREA
La urea
contribuye al establecimiento del gradiente osmótico de las pirámides medulares
y a la habilidad de formar una orina concentrada en los túbulos colectores. El
transporte de urea es mediado por transportadores de esta molécula, al parecer
mediante difusión facilitada. Se conocen por lo menos cuatro isoformas de la
proteína de transporte UT-A en los riñones (UT- A1 a UT-A4); se encuentra UT-B
en los eritrocitos. La cantidad de urea en el intersticio medular y, como
consecuencia, en la orina, varía según la concentración de urea filtrada y
ésta, a su vez, cambia según el aporte de proteína de los alimentos. Por tanto,
una alimentación rica en proteínas aumenta la habilidad de los riñones para
concentrar la orina.
DIURESIS OSMÓTICA
La presencia
de grandes cantidades de solutos no reabsorbidos en los túbulos renales origina
un aumento del volumen urinario, lo cual se denomina diuresis osmótica.
Los solutos no reabsorbidos en los túbulos proximales ejercen un efecto
osmótico considerable, ya que el volumen del líquido tubular disminuye y su
concentración aumenta. Como consecuencia, “conservan el agua en los túbulos”.
Además, es limitado el gradiente de concentración en contra del cual puede
bombearse sodio ionizado fuera de los túbulos proximales. En situaciones
normales, el movimiento de agua fuera del túbulo proximal impide la aparición
de cualquier gradiente ostensible, pero la concentración de ion sodio en el
líquido desciende cuando se reduce la reabsorción de agua debido a la presencia
de mayo- res cantidades de solutos no reabsorbibles en el líquido tubular. Así,
se obtiene el gradiente de concentración limitante y se evita la reabsorción
proximal adicional de ion sodio; una mayor cantidad de este último permanece en
el túbulo y el agua se preserva en el mismo. El resultado es que se presenta al
asa de Henle un volumen muy aumentado de líquido isotónico. Este líquido tiene
menor concentración de ion sodio, pero aumenta la cifra total de este elemento
que llega al asa por unidad de tiempo. En el asa, la reabsorción de agua y
sodio ionizado disminuye en virtud del decremento de la hipertonicidad medular.
La reducción se debe principalmente a la menor reabsorción de los iones sodio,
potasio y cloruro en la rama ascendente del asa a causa del gradiente de concentración
limitante para conseguir la reabsorción de sodio ionizado. Una mayor cifra de
líquido pasa a través del túbulo distal y dado el decremento del gradiente
osmótico a lo largo de las pirámides medulares, se reabsorbe menos agua en
los túbulos colectores. El resultado es un notable aumento en el volumen
urinario y la excreción de sodio ionizado y otros electrólitos.
La diuresis
osmótica se produce por el uso de compuestos, como el manitol y los
polisacáridos afines, que son filtrados pero no reabsorbidos. También surge por
las sustancias naturales cuando ellas están presentes en cantidades que
sobrepasan la capacidad de los túbulos para reabsorberlas. Por ejemplo en la diabetes
mellitus, si la glucemia está elevada, la glucosa en el filtrado glomerular
se incrementa; por tanto, la carga filtrada supera el transporte
máximo de glucosa y la glucosa se mantiene en los túbulos, lo cual
genera poliuria. La diuresis osmótica también puede ser producida por la
infusión de gran cantidad de cloruro de sodio o urea.
Es
importante reconocer la diferencia entre la diuresis osmótica y la diuresis de
agua. En la diuresis de esta última, la cantidad de agua reabsorbida en las
porciones proximales de la nefrona es normal, y el flujo de orina máximo que
puede ge- nerarse asciende a unos 16 ml/min. En la diuresis osmótica, el
aumento del flujo urinario se debe a un decremento de la reabsorción de agua en
los túbulos proximales y las asas, con lo cual aparecen flujos de orina muy
importantes. A medida que aumenta la carga de soluto excretado, la
concentración de la orina se acerca a la del plasma pese a la máxima secreción
de vasopresina, ya que una fracción cada vez mayor de orina excretada se
encuentra en el líquido isotónico del túbulo proximal.
GANONG. FISIOLOGIA MEDICA. EDICION 23 BARRET Y COL. McGRAW-HILL
INTERAMERICANA EDITORES, S.A. de C.V.
miércoles, 29 de abril de 2020
RUIDOS CARDIACOS
RUIDOS CARDIACOS Y FOCOS CARDIACOShttp://www.scielo.org.mx/pdf/facmed/v59n2/2448-4865-facmed-59-02-49.pdf
miércoles, 15 de abril de 2020
miércoles, 1 de abril de 2020
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